La educación y los Padres

En el artículo anterior mencionábamos a los padres como agentes de la comunidad educativa, donde muchos no se acercan a los centros educativos, tomando a los mismos como guarderías de sus hijos. Esos mismos padres, luego son los mismos en quejarse de los problemas en los centros de estudios.

Qué tipo de padres tenemos, destaquemos primero a aquellos activos participantes del quehacer educativo de sus hijos, que dialogan y colaboran con el cuerpo docente durante el proceso de desarrollo de sus hijos. Padres que concurren cuando son citados, que ven y revisan el material que sus hijos elaboran junto con los docentes, analizando y comentando las situaciones que se plantean en clase.

Situación ideal que fortalece al sistema educativo, pero... son los menos, situaciones contadas. Cuál es la verdad que mayoritariamente se vive en los centros de estudios.

Padres que no se preocupan por sus hijos, que no asisten a las reuniones, que ignoran las diferentes situaciones que sus hijos enfrentan. Echo que crea alumnos rebeldes, que encuentran el estudio sin sentido, que no se sienten atendidos por su hogar. Estos padres se olvidaron que sus hijos no pidieron venir al mundo, sino que la decisión fue de ellos, y que tener un hijo representa una responsabilidad, y por lo tanto un compromiso personal.

También los padres que usan a sus hijos para atender a sus hermanos menores, y cuando asisten al centro, destacan dicha obligación, descuidando en muchos casos el derecho a su superación, arruinando la vida del joven. En la sociedad actual en una familia todos debemos cooperar en las diversas tareas cotidianas, pero el cuidado de los hermanos menores recae principalmente en los padres y no en los hermanos mayores, debido a que en una familia todos los hijos nacen con el mismo derecho.

Padres que no dejan a sus hijos trabajen equipo, y muchas veces asistir a lugares públicos para estudiar o buscar material, grave error en el mundo actual, donde el proceso de desarrollo es grupal, donde uno no se desarrolla solamente en la individualidad sino en sociedad, completándose con las habilidades propias de cada ser individual.

Padres que exageran en la protección de sus hijos, poniendo a los mismos en situación de santos, desautorizando las decisiones de docentes y directores, digo yo en mi humilde opinión: que tan santos pueden ser cuando las quejas son generales, o será que ocultan problemas familiares que no saben cómo resolver, o que en realidad no pueden educar a sus hijos, que deciden que los demás son los culpables?

Por suerte siempre encontramos padres coherentes y responsables que lamentan ser pocos, que en el diálogo buscamos soluciones, estos son los padres que necesitamos, interactivos, dinámicos, que nos ayuden a buscar soluciones a los problemas puntuales que la enseñanza exige.

Este es el mensaje que quiero hacer llegar a los padres, de acercarse a los centros de estudio de sus hijos, de conocerlos en otro ambiente, de intercambiar opiniones con los docentes, estando dispuestos a abrirse a nuevas sugerencias, así lograremos una enseñanza donde los jóvenes se sientan apoyados por ambos lados, padres y equipo docente trabajando como uno, cada cual en su responsabilidad.

Espero que el mensaje haya llegado, nos encontramos en otro artículo, gracias.



Publicado: 8/1/1998; Semanario Opinion